sábado, 29 de agosto de 2009

Momentos

Si estás haciendo algo importante y alguien te insta a hacer algo que te interesa, normalmente respondes algo así como "Un momento"

Y digo yo: ¿Qué es un momento?

Un momento es un abrazo que das a un amigo que se va lejos. Un momento es cuando retuerces el cable del teléfono hablando con él. Un momento es la primera discusión con tus padres. Un momento es la primera picadura de avispa, y la segunda.

Un momento, o varios, pueden ser los que vives cuando se te ponen los pelos de punta. La primera lavadora, el primer vestido e incluso el primer beso. La primera vez que comes una pipa, y la primera vez que vomitas. La primera vez que escuchas a tu grupo -desde entonces- favorito. Cuando quieres algo y te dicen "no" o cuando te dicen que sí. Cuando ves una película.

Bajas a comprar el pan, tocas las manos arrugadas de tu abuela y ahí tienes otro momento. Mascando chicle, calentándote cerca de una hoguera. ¡Pillándote los dedos con la puerta también vives un momento! Acercándote a la chica que te gusta.

Tu primer jefe te grita. Tu mujer te abraza. Recibes unas flores sin remitente y las hueles. Lloras amargamente o ríes escandalósamente. Estudias, bailas y enfermas. Pintas, acaricias y caes. Te muerdes la lengua y sangras. Incluso cuando mueres. Llegas el último a meta, o el primero. Tocas un instrumento mientras alguien te mira a los ojos. Amas.

Pierdes a alguien. Cuando te lanzas a la cama y cuando te duermes en el sofá vives otro momento. Le das una sorpresa a alguien. Lees un poema, o te lo leen. Aplaudes. Te tuerces un tobillo. Miras a tu alrededor y no hay nadie. Sonríes para tí mismo. Miras el reloj. Te rascas, comes y caminas a pleno sol. Te vas de vacaciones. También naciendo vives un momento.

Recuerda todos y cada uno de los momentos y vivirás otro diferente. Incluso yo, ahora mismo, lo estoy haciendo.

Antes de que acabe esto, esperad un momento, que tengo que terminar de vivir el momento de antes, que lo he dejado a medias.

Quien avisa no es traidor.

Es habitual encontrar debajo de la cama alguna chancla que se nos perdió el mes pasado, uñas de los pies en el baño y algún que otro agresor de la lengua española -o lengua castellana- en la red.

Como si de la Santa Inquisición o de los nacional socialistas se tratase pretendo perseguir a la gente diferente, pero ésta realmente necesita ser perseguida -supongo que lo mismo dirían entonces- por retorcer el vocabulario y enfermar mentes jóvenes. Es tan cierto como triste que podamos afirmar que Vlad Tepes y un gitano serían como Tom Cruise y su novia engañada, al lado del duplo formado por el lexicocida y un diccionario.

Quiero dejar constancia de que aunque ésto parezca bisoño, queridos lectores, no solo lo aparenta. Lo es. Pero uno necesita nadar en el agua para saber si está fría, y de momento ni frío ni calor.
Ahora me voy a escuchar un poco la radio y a dormir, que ahí no cometen faltas ortográficas. Y si las cometen, me da igual, porque curan el insomnio.

jueves, 20 de agosto de 2009