Tú me has enseñado muchas cosas. Me has enseñado a reír, a seguir adelante, a querer. Y ahora viene un nuevo año, y como cuando acaba el año se dicen cosas bonitas te las estoy diciendo.
Recuerdo aún cuando me cantabas y me calmabas. Me podía tirar horas oyendo tu voz cálida cerca de mi oído. También recuerdo cuando te vestías de Drácula para hacerme partirme de la risa en el sofá. Incluso lo hiciste dos veces. También te disfrazabas de vaquero cuando tenía los días más tristes, y es que siempre conseguías arrancarme una sonrisa.
Espero volver a verte pronto. Te quiero, Chiquito.
