sábado, 29 de agosto de 2009

Quien avisa no es traidor.

Es habitual encontrar debajo de la cama alguna chancla que se nos perdió el mes pasado, uñas de los pies en el baño y algún que otro agresor de la lengua española -o lengua castellana- en la red.

Como si de la Santa Inquisición o de los nacional socialistas se tratase pretendo perseguir a la gente diferente, pero ésta realmente necesita ser perseguida -supongo que lo mismo dirían entonces- por retorcer el vocabulario y enfermar mentes jóvenes. Es tan cierto como triste que podamos afirmar que Vlad Tepes y un gitano serían como Tom Cruise y su novia engañada, al lado del duplo formado por el lexicocida y un diccionario.

Quiero dejar constancia de que aunque ésto parezca bisoño, queridos lectores, no solo lo aparenta. Lo es. Pero uno necesita nadar en el agua para saber si está fría, y de momento ni frío ni calor.
Ahora me voy a escuchar un poco la radio y a dormir, que ahí no cometen faltas ortográficas. Y si las cometen, me da igual, porque curan el insomnio.

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