miércoles, 6 de enero de 2010

Y henos aquí

Ya van dos veces en lo que llevo de día que sangro por diferentes sitios de mi cuerpo.

Primero los dientes. Suelto tanta mierda por la boca que debe habérseme erosionado la mandíbula. Acostumbrado a hacer comentarios sangrantes como los míos es difícil separarlos de la cotidianidad del buenos días. Pero soy así. Sangrante.

Segundo un dedo. Mi estado de hiperactivismo compulsivo no deja que me pare a pensar. Esto es un problema. Actúo impulsivamente y, lo que es peor, la gente me hace caso. Mando y ordeno y me estoy diluyendo tanto que no me doy cuenta de que también estoy sangrando. Una vez empiezas a disolverte poco queda, y es peor si te cercioras.



Y heme aquí, de estas prisiones cargado.Curioso como la vida misma. Sabiéndome feliz infeliz. Y me gusta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario